sábado, 3 de diciembre de 2016

El Cristo de la Púrpura, la nueva imagen de la Hermandad de Las Cigarreras

La Hermandad de la Sagrada Columna y Azotes (Las Cigarreras) inauguró en la tarde/noche de ayer la exposición “Cristo de la Purpura. Recuperación de una advocación perdida” en el Salón del Apeadero del Exmo. Ayuntamiento de Sevilla. En dicha exposición, se podrá contemplar hasta el 7 de diciembre la nueva imagen realizada para la Hermandad de Las Cigarreras por el escultor D. José Antonio Navarro Arteaga. La exposición está dividida en dos salas, la capitular baja, donde se encuentra la imagen y el Apeadero. 

Vídeo: Francisco Javier Bautista.

En varios paneles explicativos se ofrecen los antecedentes históricos de la advocación en la hermandad y las fuentes que dieron lugar a la iconografía de Cristo recogiendo sus vestiduras tras la flagelación. Junto a los paneles explicativos se encuentran cuatro ángeles de Pedro Roldán que pertenecieron al paso de esta advocación en siglos atrás y que en la actualidad se utilizan para los cultos. 






Fotos: Francisco Javier Bautista.

El Cristo recibirá culto en la antigua Capilla de la Fábrica de Tabacos, sede de la hermandad de Las Cigarreras, una vez que la Autoridad Eclesiástica apruebe su bendición. José Antonio Navarro Arteaga es actualmente uno de los mayores exponentes de la imaginería española, con más de tres décadas consagrado a la actividad artística. La imagen del Cristo de la Púrpura que nos presenta en esta exposición está realizado en madera de cedro policromada, responde al modelo iconográfico de Jesús recogiendo las vestiduras tras las flagelación y se caracteriza por una clara y honda inspiración neobarroca, en su configuración formal y estética. El Señor se nos muestra arrodillado con sólo de una de sus piernas, la derecha, mientras el pie izquierdo se apoya firmemente junto a la columna a la que se abraza, como simbólicamente lo hace en otras representaciones a la Cruz, en clara alusión a la aceptación de su sacrificio redentor. Con su mano derecha recoge la túnica púrpura, históricamente asociada a la realeza y al alto clero. Un cordón de hilo de plata rodea el cuello, dirigiéndose a la columna y a la mano que en ella se apoya. El rostro del Señor combina el dramatismo propio del dolor causado por el castigo al que se ha visto sometido, junto a la fuerte espiritualidad que despierta. En el nuevo Cristo de la Púrpura conviven los mejores esquemas del Barroco y una gran maestría en la labor escultórica, llamada a ser referente en la imaginería del siglo XXI; en palabras del artista, su mejor obra. Sin lugar a dudas, una magnífica obra realizada por un magnífico escultor.

Fotos: Manuel Jesús Pérez Martín.

































Redacción: Francisco Javier Bautista.



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